Besar tus pies...

No tienes idea de lo relajante que puede llegar a ser un masaje a tus pies, aunque no lo creas. Y no es necesario para que lo disfrutes que mis manos se extiendan mas allá de tus pantorrillas... Podemos poner justo en tus rodillas la frontera que, de traspasarla convirtiera a mis dedos en ilegales... y por hoy no interesa. Lo que quiero que sientas es lo rico que puede ser un masaje a tus pies...

Acaricio tus plantas, contén las cosquillas y siente mis manos también entre tus tobillos quitando el cansancio... siente la caricia. Yo siento de seda tus pies... ¡qué rico masaje le dan a mis manos, tus pies!, unos pies femeninos, hermosos, divinos... ¿Ya sientes descanso? ¡Qué bien! Permiteme entonces besarte en las plantas, besarte los dedos uno por uno... Será una docena de besos nomás... Esto ya no forma parte del masaje, es el precio que quiero cobrarte.

Cuando te beso no puedo resistir la ocasión y me meto en la boca tu dedo, el que sea... y siento tu reacción... aplico mi lengua y mis besos se vuelven lascivos, ahí entre tus pies. No podrás ocultarlo: te sorprende y complace la nueva caricia, la nueva sensación... No puedo parar, es como si tuviera en la boca algún rico manjar... es como besar tus pezones... es como hurgar con la lengua en tus labios menores, buscando el secreto que te haga vibrar y perderte..

Mis ojos te miran, yo sigo besando tus pies... tu no estás en el mundo... no ofrezcas resistencia, déjate llevar, abandónate, que no es una pena que te venga un orgasmo...

Mientras beso tus pies...