¿Qué color...?

Yo he visto en tu rostro el color de tu piel, lo he visto en tus brazos, en tus manos y en tus pies. Conozco entonces esos rasgos tuyos, y adivino, más que saber, lo que tus ropas ocultan... esa ha sido a veces la razón de mis desvelos...


Porque los hombres somos asi. Quizá el Creador, por compensar en algo la escasez del tacto nuestro, tan desarrollado en las mujeres, nos otorgó el placer de hacerlas deseables a la mirada nuestra...


¿Qué color es el verdadero, el tuyo? El viento, el Sol y el tiempo de seguro matizaron tu piel visible y ocultaron tras un tenue velo el tono primero, ese que de seguro aún se aprecia en los lugares de tu cuerpo que no pueden ver otros ojos que no sean los tuyos y los del que tu voluntad permita... ¡Quién fuese ese...!


¿Qué colores salpican a lo largo de tu geografía, cual si fueran islas, tus lunares?


¿Qué color seleccionó la Madre Tierra para pigmentar las cimas de tus pechos? ¿El pardo...? ¿El rosa...? ¿El chocolate...?


¿Qué color eligió tu herencia para adornar y cubrir con su follaje el triángulo y el monte en el que guardas la mágica lámpara que cumple los deseos?


Por favor, no me lo digas... No quiero de tus labios las respuestas, tan sólo no me quites la esperanza de encontrarlas por mi mismo...