Irreflexiones...

La irreflexión es una inconsciencia, un acto reflejo, una efímera emoción... es no pensar, sólo sentir, sólo expresar sin compromiso con la verdad o la razón.. Es espontánea, repentina y volátil sabiduría -y cuyo sinónimo es ignorancia- que surge en un segundo para luego impunemente desaparecer, sin detenerse a observar los estragos que provoca...

sábado, 22 de mayo de 2010

Mi viejo

Hace algunos años, una mañana me miré al espejo... Todos los días me veia, pero aquel dia en verdad me observé... No era yo. La imágen que se me devolvía no me era extraña, todo lo contrario, pero no era yo... La mirada en mis ojos era la de mi Padre, las arrugas en la frente eran de el... hice varias muecas, sonrei, puse cara de enojado... no había duda: era él... Me sorprendí, no se suponía que esto debiera pasar. Las fotos de mi Padre, cuando niño, indicaban que mi hermano era su sucesor, en todos sentidos. La misma cara, el mismo semblante, talentos parecidos... Porque mi Viejo y yo ¡eramos tan distintos!

Y me sentí tan bien aquel día, como casi nunca que recuerde. Sentí el orgullo de parecerme a él aunque sólo fuera físicamente... Porque mi Viejo y yo ¡eramos tan distintos! El es tal vital, tan lleno de vida. Tan serio todo el tiempo, que cuando sonrie, se ilumina el día. Asi dicen que soy yo. El tan callado, tan dentro de si casi siempre. Cuando niño le temia... ¡cómo le temía! Cada que llegaba el, por las tardes, mis hermanos corrían a saludarlo, y yo.... a esconderme. Y sin embargo siempre supe que no había lugar mas seguro que el hogar, porque mi Padre estaba ahi. Era un extraño sentimiento.

Ya después, cuando adulto, los fines de semana para mi viejo y para mi eran fiesta. Compartíamos la bebida, la charla... y nuestro gusto por las mujeres bellas... (sólo gusto, que quede claro) ¡Eramos tan iguales! Eso decía mi Madre: El mismo mal carácter, la misma terquedad, la misma nobleza...

Tal vez por eso, el día que me avisaron que estaba muy enfermo, hospitalizado, me sentí desvalído... ¿que voy a hacer, si mi Viejo se me va?. Con ayuda de mis hermanos pude ir a México, del aeropuerto fui directamente al hospital, y al verlo... sentí una terrible angustia.. Ya no era el mismo.. estaba flaco, la barba blanca (el núnca habia usado barba) caminaba con dificultad, arqeueando la espalda... ¿Donde quedó mi Viejo?... ¡Eramos tan iguales! Sentía el peso de la tristeza... el Viejo... no se me puede ir... ¡lo necesito tanto! ¡lo quiero tanto! Somos a la vez tan distintos y tan iguales... como una rama al tronco del que se deriva.

Hoy siento un gran orgullo, por parecerme a el, una gran alegría porque, aunque lejos, Dios me lo mantiene aqui, y sé que cuando quiera mirarlo, basta con mirarme al espejo, y ahi lo encontraré.

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