Irreflexiones...

La irreflexión es una inconsciencia, un acto reflejo, una efímera emoción... es no pensar, sólo sentir, sólo expresar sin compromiso con la verdad o la razón.. Es espontánea, repentina y volátil sabiduría -y cuyo sinónimo es ignorancia- que surge en un segundo para luego impunemente desaparecer, sin detenerse a observar los estragos que provoca...

sábado, 23 de enero de 2010

Una noche irrepetible




Aquella noche estabas especialmente ardiente... No digo que mucho más que otras veces, sólo que te veía diferente. Había un brillo nuevo en tu mirada, tus caricias eran deliciosamente exóticas... Te pegabas a mi cuerpo como gatita en celo y alcanzaba a percibir en tu abrazo una ansiedad reposada, tranquila... rara. Juntabas tu boca con la mía al hablar y ocasionalmente me ofrecías tu lengua...

Habitualmente los escarceos y juegos previos duraban un buen rato, nos complacíamos disfrutando nuestros cuerpos centímetro a centímetro, acariciando, besando cada pliegue, cada rincón.. Ésta vez no fue asi... Muy pronto estábamos desnudos, de pie junto a la cama. Al bajar mi mano me sorprendió lo abundante de tu húmeda excitación que literalmente empapaba tu delicada prenda íntima... Puedo asegurar que el deseo estaba en tí desde antes que yo llegara a nuestro nido.

Me abrazaste por el cuello y me jalaste dulcemente hacia la cama... mientras me inclinaba hacia ti, tu mano encontró mi miembro, que ya había alcanzado su máxima dureza, y al tiempo que tu espalda tocaba la sábana yo entraba en ti... De inmediato abriste las piernas y di comienzo a mis embates lentamente. Busqué con la mirada tus senos encantadores, que bailaban al ritmo de mi actividad. Los besé tiernamente y luego volvi el rostro hacia tu cara... Me estabas observando fijamente, excepto cuando algún gemido cerraba tus ojos, que de pronto se encontraron con los míos... Quedamos como hipnotizados, imposibilitados de mirar hacia otro lado mientras nuestra danza continuaba cadenciosa, allá abajo...

Primero fue una lágrima que se escapó hacia tu boca... luego otra y otra, y otra más.... Pronto eras una fuente, un doble manantial salado que derrochaba llanto arriba, pasión abajo... Aunque ya sabía la respuesta, no pude evitar el preguntarte:
-Te duele, amor? ¿Estás bien?-
Tu negaste a la primera pregunta y asentiste a la segunda sin hablar. Estábamos totalmente conectados. Cada movimiento parecía estar acordado a través de la mirada y de la piel. Así, cuando mi mano acarició tu clítoris sin perder el ritmo, ya lo esperabas, lo habías pedido sin palabras, no sé como.. En algún momento pensé que necesitaba sentir en la mía tu boca, y al segundo siguiente me estabas besando con un beso diferente, lascivo, que llevó al máximo la pasión que me embargaba. Los dos supimos que el gran final estaba cerca. Eramos un sólo cuerpo y una mente, separados por desconocidas causas, sintiendo cada uno las sensaciones del otro y las propias...

Fue una sincronía destellante... Alcanzamos luntos la cima y por extraño que parezca, duró exactamente el mismo tiempo en ambos: mucho, mucho, mucho...

No hubo antes ni después una noche como ésta. Esta vez no dimos paso a otros juegos. Esa noche no le dimos gusto a nuestras bocas con el sexo oral que tanto disfrutamos otras veces. No le dimos gusto a nuestras manos, que habitualmente se embelesan con la piel del otro... Y me atrevo a asegurar que ni siquiera le dimos gusto a nuestros genitales. Esa noche, como jamás otra, le dimos gusto al corazón...

Ese día se complacieron nuestras almas...

2 comentarios:

  1. JORGE..me ha emocionado tu visita a mi mundo.
    Tu entrada de lo más sensual y apasionada.
    Muy hermoso.Te enlazo.
    Besos.MJ

    ResponderBorrar
  2. Mª José: Gracias por tu bienvenida... eres la primera. Y gracias pro tus comentarios. Un beso

    ResponderBorrar