Irreflexiones...

La irreflexión es una inconsciencia, un acto reflejo, una efímera emoción... es no pensar, sólo sentir, sólo expresar sin compromiso con la verdad o la razón.. Es espontánea, repentina y volátil sabiduría -y cuyo sinónimo es ignorancia- que surge en un segundo para luego impunemente desaparecer, sin detenerse a observar los estragos que provoca...

viernes, 10 de septiembre de 2010

Fraccion de segundo

Hay películas que te hacen pensar. No me gustan, pero hay veces que te tropiezas con alguna. Es inevitable, al parecer...


Alguien va conduciendo su 'pick up', es de noche. Viene de un servicio religioso al que acude desde hace un par de años y se dirige a su casa, donde lo esperan la familia y algunos amigos. Es su cumpleaños y lo van festejar. Va pensando en lo mucho que ha cambiado su vida, en las amistades recuperadas, en un futuro promisorio después de haber sido una especie de oveja negra, mezclado con el alcohol y las drogas... Da vuelta a la izquierda, siguiendo la ruta habitual...


No lejos de ahí una mujer llama a su esposo que esta en el parque con las hijas de ambos para avisarle que la cena está lista. Ella se ve tranquila, no había porqué no estarlo. Sus hijas son su mayor tesoro, producto de un matrimonio afortunado, y se le ocurre pensar que no cabe más felicidad: sus hijas están ahora retozando al cuidado de su padre, que las ama por sobre todo. ¿Con quién, si no con él, podrían estar ellas mas seguras? La llamada les pone en el camino de regreso al hogar, donde les espera una cena suculenta…


En otra ciudad, una pareja discute. Él ya no es el mismo, la enfermedad lo ha transformado hasta darle el aspecto de casi un vagabundo. No puede estar positivo por más que lo ha intentado, pues sabe que sus posibilidades son muy remotas: Un donante que llegue a tiempo en su vida que esta a punto de perderse por un mal cardíaco del que no sabe mucho ni se ha querido enterar…


En la cabina, el conductor mira sorprendido aquellas figuras -un hombre y dos niñas- que al final de la curva de pronto se aparecieron en su campo visual sin darle tiempo a reacción alguna, apenas un acto reflejo que llegó tardío le hizo presionar el freno… pero ya era tarde, les pasó encima. No quiso esperar y siguió conduciendo hasta su casa, como en estado de trance. Más tarde se enteraría que ninguno había sobrevivido... A partir de ahí, tres vidas quedaron ligadas, sin siquiera sospecharlo: El conductor asesino, la viuda y el receptor del corazón del padre de las niñas.


A cada segundo pasan cosas que, de haberse demorado al siguiente o anticiparse al anterior, simplemente no hubieran sucedido o se hubieran desencadenado de un modo radicalmente distinto…


Esta historia me llevó a concluir que la vida no sucede en años, meses o días, ni siquiera en horas o minutos, sino que transcurre en fracciones de segundo que nos van golpeando y moldean nuestro destino sin que podamos siquiera notarlo. Estas porciones de tiempo son tan pequeñas a los sentidos como lo son las partículas microscópicas a nuestra visión: simplemente imperceptibles. ¿Cómo podríamos ya no planear o imaginar, simplemente tener control de lo que pasa, cuando los reflejos de que fuimos dotados no funcionan a la velocidad de lo que acontece? Cada lapso nos coloca en un rumbo nuevo. ¡Y seguimos creyendo que somos nosotros quienes tejemos nuestras vidas!


Finalmente, somos a cada momento el resultado de millones de circunstancias ajenas a nosotros, somos una brizna en el caos del Universo, cómplice total del transcurso del tiempo…

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